El jueves 22 de abril me dieron una grata sorpresa. Tenía entradas para el estreno de unos cortos financiados por el gobierno de Canarias. Mi padre conocía al jefe de producción de uno de ellos y yo había tenido la ocasión de charlar un poco con él unas semanas antes.

¿De qué va? , pregunté. Él solo me dijo “thriller de desapariciones en el mar”.

La verdad es que di por hecho que habría una explicación humana de esas desapariciones. Y lo que más me sorprendió fue encontrarme ante una obra de mi género estrella. ¡Un corto de género fantástico! En España y con dinero público. Todo un acontecimiento.

La verdad, tendría que volver a verlo y espero que sea posible en no mucho tiempo, pero en general me  gustó mucho. Me pareció impecable a nivel técnico y los actores se desenvolvían muy bien, en especial la actriz principal que logra transmitir a la perfección lo extraño de su personaje.

Mi mayor problema con el corto son algunas escenas que no aportan a la narración, aunque tendría que volver a verlo para opinar con más seguridad.

Pero con esa primera y única visión esta es mi crítica.

Un cortometraje es como un relato corto. No puede  sobrar nada. Todo lo que se muestra y cuenta ha de estar justificado por su función de cara a la historia. Y, igual que en la literatura, es mejor sugerir que decir.  El lector/espectador ha de completar el sentido con las sugerencias que le damos.  Por supuesto esto no es nada fácil. Es jugar a la cuerda floja entre ser demasiado explícito o demasiado críptico. Pero hay que hacerlo. Y más aún en un relato de carácter fantástico y con tintes de terror. Ser explícito en este género es destruir la magia.

De hecho tuve la sensación de que el guionista no tenía práctica en el género fantástico y que por eso explicaba la trama.

Veamos a lo que me refiero.

La escena que menos funcionó para mi es la de de animación en la que se cuenta el mito que da explicación a la historia.

Primero está la propia técnica de animación.  No tiene sentido en medio de un corto de imagen real tal como está planteado. Ese cambio en la visualización  requeriría de que esas imágenes fueran las que hubiera en el libro, por ejemplo, para que no fuera algo sacado de la manga o quizás que el inicio del corto estuviese también animado. También el narrador ha de tener algún vínculo con el corto y no ser una voz repentina.

En fantasía, más que ningún otro género el pacto con el espectador es de una importancia fundamental. Si perdemos la credibilidad es dificilísimo que la recuperemos. Y eso es aún más grave en un corto en el que todo ha de funcionar a la perfección.

Me dijo el jefe de producción que probaron  que fuera la actriz de la escena la que narrara y que no funcionaba. Bien, quizás no funcionara, pero no  creo que  su voz fuera el problema.

¿Cuál es entonces?

Según mi experiencia como escritora puedo ver que quizás la historia del barco surgió antes que ninguna otra, pero al final se convirtieron en dos separadas que más que apoyarse se empujan.  Entiendo que en un corto, como en un relato ha de haber un solo conflicto, una sola historia.

A nivel de trama no funciona. ¿Por qué mata mujeres y no hombres? Cuadraría si hubiese estado embarazada antes de que la capturaran y lo hubiese perdido por el maltrato en el barco, pero un hijo fruto de violaciones rara vez es querido por la víctima. Como digo, parece otra historia.

Por otra parte, volvemos a lo que contaba, explica demasiado. Es lo que literatura llamamos “explicativo”. Parece una justificación. Un añadido. Y es innecesario.

De hecho destruye la magia del relato. Tan sólo con el testimonio de la mujer que reconoce a la extraña del inicio como su hermana desaparecida y con los carteles habría bastado. Y el impacto sería mayor. Ahora mismo queda reiterativo y pierde impacto. La sutileza haría que la inquietud llegara mejor. Y es más, el final sería redondo.

Porque tal como está planteado, con esa leyenda ya sabemos lo que es la mujer del inicio y cuando vemos al final a la nueva desaparecida solo sonreímos pensando en lo que le pasará a la nueva incauta. Pero sin la leyenda sería ahí, en ese último instante cuando la viéramos salir del agua desnuda y repetir la frase del inicio cuando las piezas encajarían y nos dejaría sin aliento ante la constatación.  Sería como una bofetada cuando ahora solo nos reitera lo que sabemos.

Siempre tiene más efecto un relato completado por el lector mediante la sutileza y las pequeñas pistas, como ya he dicho.  Sin ese fragmento explicativo el final tendría un impacto brutal que ahora mismo no tiene. Sin embargo la semilla de una gran historia está más que presente y se podría mejorar con algunos cambios de montaje

Las pistas están puestas. Desde el inicio vemos que esa mujer que sale del agua no es normal. No sabemos que haya nada sobrenatural en ella, pero desconfiamos gracias al trabajo de la actriz. Ahora solo falta la valentía de meter tijeras a la historia, de dejar cabos sueltos para que sea el espectador quien los ate.

Hay otras escenas que sobran, pero no por el mismo motivo. Sobran porque detienen demasiado la acción y no aportan a la trama importante. La primera además es incoherente.  Se trata de la segunda vez que quedan, en esa ocasión fuera de la playa. No me funciona que ese espíritu del mar pueda salir del mar y además la información transmitida en escena es irrelevante. Lo único importante es que la chica quede con la mujer del inicio a solas, sin el marido. Y eso se podría zanjar en su primer encuentro. Por otra parte, la frase del chico respecto a la rareza de la mujer es explicativa, innecesaria. Ya lo hemos visto y tiene más fuerza sin que nos lo digan. Se queda en una especie de chiste que le resta tensión a la historia.

Y la última escena sobrante es la del policía. Parece una crítica social respecto al sistema de búsqueda de adultos, pero no aporta a la historia. Bastaría con verle salir de una comisaría de policía. Con saber que denuncia su desaparición tenemos suficiente.  De hecho, la escena de los carteles permite trasmitir mejor el dolor de la desaparición. Ganaría peso si se acortara la del policía.

Estas son en definitiva mis sugerencias de mejora de cara a redondear esta historia que como ya digo, tiene una muy buena simiente y los cambios que propongo podrían llevarse a cabo en montaje.

Respecto a la realización no tengo nada que objetar. Con ese primer visionado me pareció que iluminación, planos y caracterización funcionaban. Se aprecia el trabajo y las ganas. De verdad, me alegra que haya dinero público para fomentar obras como estas y espero que vuelvan a rodar otra historia en no demasiado tiempo.

NOTA posterior:

El jefe de producción me ha escrito un email en el que acepta mis críticas. Reconoce que la historia podría haberse tratado con más mimo, pero que se ocuparon más de los aspectos técnicos.

Por otra parte alabo su valor al aceptar que publique esta crítica tal cual he considerado, sin endulzarla.

Imagen: «Marina» óleo sobre lienzo pintado por mí hace muchos años.

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